domingo, 16 de marzo de 2014


FORMAS CLÍNICAS DE LA TUBERCULOSIS



 Según (Rivas-Santiago, Vieyra-Reyes y Araujo, 2005), debido a que el agente causal penetra casi exclusivamente por vía respiratoria, la TBC se ubica generalmente en los pulmones; sin embargo, en una proporción variable y de condiciones predisponente, se puede producir una diseminación hematógena, que dará lugar a la TBC en otros órganos. Basándose en esto, la TBC se clasificará en pulmonar y extrapulmonar. En relación con esta última forma de transmisión de la TBC, desde el inicio de la epidemia del VIH/SIDA, se ha incrementado el número de casos de TBC extrapulmonar; se considera que dos terceras partes de los pacientes infectados por VIH y tuberculosis, presentan tuberculosis pulmonar y extrapulmonar o bien tuberculosis extrapulmonar aislada. Las localizaciones extrapulmonares más frecuente son: los ganglios linfáticos, pleura, sistema genitourinario, sistema osteoarticular, meninges y peritoneo.

Tuberculosis extrapulmonar
Granuloma











TUBERCULOSIS PULMONAR

Daño causado por la tuberculosis

 Según (Rivas-Santiago, Vieyra-Reyes y Araujo, 2005),la tuberculosis pulmonar TBC, es la principal forma de infección por ser un agente aerobio estricto, prefiere los pulmones por poseer alta concentración de oxígeno. La TBC pulmonar se clasifica en primaria y postprimaria. La TBC primaria se debe a la infección inicial por el bacilo tuberculoso. Esta forma clínica se observa principalmente en niños. En un 25% de los casos, el foco primario es subpleural, en los segmentos pulmonares medios, donde el flujo aéreo es mayor y favorece el depósito de los bacilos inhalados. El foco pulmonar primario, en la mayoría de los casos, presenta una lesión solitaria; en estos focos se produce la infiltración de linfocitos, monocitos (MN) y macrófagos (MA), estos últimos derivan en una neumonitis. Los macrófagos fagocitan a los bacilos y luego, por vía linfática, llegan a los ganglios linfáticos hiliares, mediastínicos y a veces supraclaviculares o retroperitoneales, ocasionando adenopatías.
Tuberculosis ganglionar
En la mayoría de los casos, las lesiones parenquimatosas y ganglionares sanan de modo espontáneo, con calcificación, visible radiológicamente, lo que se conoce como complejo de Ghon; las adenomegalias o mediastínicas pueden comprimir los bronquios y causar obstrucción, colapso segmentario lobular y erosión de la pared bronquial con diseminación distal de la infección. Los pacientes infectados con SIDA o de edad avanzada, el foco primario puede transformarse en un área de neumonía activa llamada TBC primaria progresiva, que causa cavitación y se disemina a través de los bronquios.

SINTOMAS DE LA TUBERCULOSIS PULMONAR



 Según (Rivas-Santiago, Vieyra-Reyes y Araujo, 2005), durante las primeras fases de la enfermedad, los síntomas son insidiosos e inespecíficos y consisten principalmente en: fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso, anorexia, malestar general y debilidad. Posteriormente se manifiesta tos con expectoración purulenta y hemoptisis. Esta última se genera como consecuencia de la erosión de un vaso sanguíneo dilatado en una cavidad (conocida como aneurisma de Rasmussen). En los casos en el que la tuberculosis es inactiva, la hemoptisis brusca y significativa puede deberse a la sobre infección por Aspergillus sp. En las cavidades residuales, formando aspergilomas. Los pacientes con lesiones parenquimatosas subpleurales pueden manifestar dolor pleurítico, que son causados por la sobrecarga muscular secundaria a la tos persistente; si la afección pulmonar es muy extensa se puede producir disnea y en raras ocasiones, síndrome de distress respiratorio del adulto (SDRA).


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